Dormir mal y conducir: un riesgo subestimado
- Dr. Tito Cabezas
- 2 may
- 2 Min. de lectura
Dormir mal y conducir puede ser tan peligroso como manejar bajo los efectos del alcohol. Esta afirmación, respaldada por múltiples estudios, debería alarmarnos. Un artículo reciente publicado en ¨Sleep Medicine Clinics¨ revela datos preocupantes sobre cómo la falta de sueño y la mala higiene del sueño aumentan considerablemente el riesgo de sufrir un accidente de tránsito.

Porque dormir mal y conducir puede ser peligroso
La privación del sueño afecta gravemente la atención, la velocidad de reacción y el juicio, factores críticos al momento de conducir. Y aunque los vehículos modernos integran tecnologías de seguridad avanzadas, el comportamiento del conductor sigue siendo el factor más determinante. Trastornos del sueño como la apnea obstructiva no diagnosticada, el insomnio crónico, o la simple somnolencia acumulada por malos hábitos son amenazas invisibles pero letales en la carretera.
Microsueños: un parpadeo que lo cambia todo
Uno de los fenómenos más peligrosos asociados a la falta de sueño es el microsueño: breves lapsos de desconexión cerebral que pueden durar apenas unos segundos, pero bastan para provocar un accidente fatal. Durante ese instante, la persona pierde totalmente la conciencia del entorno, aún con los ojos abiertos. Este tipo de episodios ocurre con mayor frecuencia en quienes sufren privación crónica de sueño, tienen rutinas de descanso irregulares, malos hábitos de sueño o trastornos del sueño no diagnosticados. Son especialmente comunes durante tareas monótonas como conducir de noche o en trayectos prolongados, cuando la estimulación es baja y el cerebro cede al agotamiento.
Factores que aumentan el peligro
Trabajo por turnos o jornadas extendidas.
Pocas horas de sueño.
Uso nocturno de pantallas (celulares, TV, computadoras).
Malos hábitos de sueño o “higiene del sueño”.
Trastornos no diagnosticados como la apnea del sueño o el insomnio.
Dormir bien es parte de la seguridad vial
Dormir bien no solo mejora la salud física y mental, sino que también salva vidas. Desde una perspectiva de seguridad pública, el descanso adecuado es un factor clave para la prevención de accidentes. La falta de sueño afecta la coordinación motora y el tiempo de reacción, cualidades esenciales al conducir, operar maquinaria o simplemente al enfrentar situaciones cotidianas que requieren atención.
Por eso, mantener una higiene del sueño adecuada es una medida preventiva esencial. Desde regular las rutinas de sueño hasta crear un ambiente propicio para descansar, pequeñas acciones pueden tener un impacto profundo.
Es momento de reconocer el sueño como una herramienta fundamental de seguridad vial. Si al conducir siente fatiga, ha dormido mal o sospecha que puede tener un trastorno del sueño, lo más responsable es abstenerse de manejar. En caso de síntomas persistentes como somnolencia excesiva, insomnio o ronquidos intensos, consultar a un profesional es indispensable. Dormir lo suficiente cada noche no es solo autocuidado: es una responsabilidad con los demás.
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